13.
¿Es que tuvimos la suerte de nacer en el planeta de las cosas universales? ¿O lo universal nos mandó a nacer para que fuéramos lo universal de lo universal? ¿Es que puede haber sueño sin referencia alguna a la realidad anterior al sueño? Si nacimos en el planeta donde vive lo universal, ¿cómo podemos estar seguros de que no soñamos esa universalidad? ¿A quién le podríamos preguntar? Si lo universal nos mandó a nacer, ¿por qué parecemos hijos naturales? ¿Y es que los unicelulares son los primogénitos? Y los cientos de millones de años de hijos mayores ¿también fueron universales? ¿O solo los hijos jóvenes de un padre viejo nacieron con el autismo brillante para poder comprender el lenguaje de ese único patriarca? ¿Los trilobites escucharon a las sirenas? ¿Es posible escucharlas sostenidamente sin amarrarse a un palo?
¿Dónde está eso universal, de dónde viene y qué es? ¿Comprendemos lo universal? ¿Cómo sería comprenderlo? Sería descubrir la idea singular de la que dependen todas las ideas posibles, imposibles, existentes e inexistentes. La idea que, dado todo este enredo mundial, tiene que existir para que sea en principio comprensible. ¡Comprensible! Eso es. La intuición de unidad detrás del desorden. Una unidad que unifica infinitamente. La unidad detrás de todas las unidades. Pero ¿para quién? ¿Quién quiere que todo esté sujeto por el mismo clavo? ¡Quién si no el que se cree clavo él mismo! ¿Dónde está? En todos los lugares al mismo tiempo, y en cada lugar donde pongamos la pregunta por lo universal. ¿De dónde viene? Tenemos que admitir que esto no lo podemos preguntar. ¿A quién le preguntaríamos? Tendría que ser un tercero o un país neutral. ¡No hay Suiza universal! ¡Y si la descubrimos también descubriremos un universal anterior que no habíamos visto y que abarca también a todas las suizas, y aún...! ¿Qué es? La pregunta que nos pone a trabajar para responderla. La varilla principal de la carpa del sentido. Y el principal motivo para pensar que nuestro sentido puede llegar a ser el Sentido Mismo de Todo. Porque trabajamos por responder esa necesidad de unificación, desde la familia y el amigo hasta el estado y la exploración interestelar.
¿Hay humanos sin intuición universal? ¡El loco! dice un psicólogo. ¡Pero ese es el más universal de todos! El que mejor organiza lo que sea que le responde su esfingidad local. Lo organiza tan bien que ya no necesita preguntar más, si es un buen loco, es decir, si está verdaderamente enfermo. El neurótico, el malhumorado u obsesivo universaliza su síntoma y lo pone entre él y el mundo. Antes de comprender ya el síntoma comprende y le reporta una comprensión secundaria. Esa es la pérdida de realidad del malhumorado. Podemos decir que el humano es el animal universal, porque, de la misma manera que evolucionó el software del alma para solucionar una variedad de problemas logísticos, evolucionó al mismo tiempo lo universal para poder comprender. Dos universales ya duplicaría, por lo menos, el costo de recursos espirituales que se invierten en la logística de la historia. Entonces si hubo humanoides con múltiples universalidades, tal vez fueron más inteligentes o estuvieron más cerca de la verdad, siguiendo la idea de que lo incomprensible es n-dimensional, pero estratégicamente fueron superados por la espiritualidad más eficiente, que pudo organizar a todos los que estuvieron de acuerdo en que escucharon el mismo, único canto y del que venía la misma, única verdad.
¿El futuro es universal? Mientras seamos humanos 1.0 trabajaremos como máquinas para producir o responder esa única pregunta por lo universal-humano. El humano 2.0 descubrirá la universalidad de lo individual. La naturaleza de la información como información y no como espíritu. Algoritmo y no Historia. Datos y no comprensión. O una comprensión del dato. Es lo individual sobre lo universal. La infinitud de casos legibles como infinitud o como distribución probabilística, efectos de red, acumulación de procesos de feedback, la hyperliteratura, lectura de millones de libros al mismo tiempo, siguiendo patrones que codifican y sobrecodifican millones de lecturas de millones de maneras en simultaneidad. Es una nueva espiritualidad que tendrá otro nombre. Incluso si se llama aún Espíritu significará algo muy diferente, n-dimensional con respecto a la espiritualidad de hoy. Lo universal será n-universal, todos los universales posibles al mismo tiempo, producto de la virtual infinitud de preguntas que podremos formular. Seguiremos trabajando, incluso más maquinalmente, con nuestro vivir, para responder una metauniversalidad, que será una conversación sobre la organización de la infinitud de universalidades. Habrá Destinos a la potencia del Destino. No ejecutaremos un vivir sino un hipervivir. Hiperviviremos en millones de universalidades al mismo tiempo, o en infinitas. Podremos escoger entre diferentes infinitos y combinarlos como queramos. Vivir bajo un solo universal no será absurdo, será incomprensible. El humano 1.0, nosotros, seremos esfinges que interrogamos a nuestros sucesores desde el pasado, tal vez una fuente de angustia, si aún existe ese afecto, como nos produce angustia haber estado borrachos alguna vez y habernos equivocado con tanta gravedad, convencidos de que teníamos la razón al pedirle al policía o a la pareja que nos respondiera de una vez por todas la pregunta que le hacíamos con nuestra violencia ebria: ¿Somos nosotros mismos ya lo universal?
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